Al parecer, el bueno de Yorch tenía mono canino desde hace un tiempo, así que se le ocurrió iniciar la búsqueda compañeril vía internet. En la página web de un refugio de animales, vio un video de un perrito llamado Einstein, e instantáneamente, comenzó a escuchar violines: ¡aquel perro tenía que ser suyo!
Tuesday, December 20, 2011
George... what else?
Al parecer, el bueno de Yorch tenía mono canino desde hace un tiempo, así que se le ocurrió iniciar la búsqueda compañeril vía internet. En la página web de un refugio de animales, vio un video de un perrito llamado Einstein, e instantáneamente, comenzó a escuchar violines: ¡aquel perro tenía que ser suyo!
Monday, December 12, 2011
Regalos que odia Papá Noel
Me consta, por la indiscrección de algún duende, que hay un regalo que a Papá Noel no le gusta nada en absoluto. No son poc@s a los que se les antoja pedirse un perro, un gato, un canario o una iguana como si fuera el último perfume de Agatha Ruiz de la Prada (cada año saca uno nuevo y siempre olvidamos por completo al anterior). No hace falta decir que más de la mitad de estos caprichos acabarán formando parte de la colección de juguetes rotos que mueren en las perreras, las calles y/o las manos de algún/a psicópata.
Por si esto no fuera suficientemente despreciable, los cientos o miles de animales que componen estos "criaderos mascotiles" son hacinados en jaulas minúsculas, a menudo, en unas más que pésimas condiciones higiénicas y con una alimentación, como mínimo, cuestionable.
Ni que decir tiene que los animales que no reúnen "los requisitos mínimos de su raza" (o séase, orejas caídas, colas no suficientemente ahuecadas, constitución enfermiza, etc) son sacrificados sin miramientos. Cuando los animales alcanzan una edad "no vendible" les espera el mismo e implacable destino.
Como se ha mencionado unos párrafos más arriba, más de la mitad de estos animales fabricados en serie está destinado a ser abandonado. Si tiene suerte, acabará en un refugio o siendo adoptado por una buena familia. Desgraciadamente, estos casos siguen siendo extraordinarios.
Tuesday, November 22, 2011
Animalismo: ¿movimiento imparable?
Gustavo Cotera
Monday, November 14, 2011
Solidaridad versus solidaridad
Mi viaje de culpa occidental comienza en el cuerno de África. Cifras, fotos y datos de la vergüenza desfilan ante mis ojos y oídos pronunciados con la vehemencia y rotundidad de un actor shakesperiano o un habilísimo vendedor puerta a puerta. Elijo pensar que suscribe palabra a palabra todo lo que le han hecho memorizar, y que, al igual que yo, es otro soñador que tiene la esperanza de contribuir a mover el péndulo, aunque sea un milímetro. Guapo y solidario pienso brevemente antes de volver a África. Los segundos pasan y pesan. Miro mi reloj en un acto reflejo. Él, a su vez, desliza su mirada 15 cm por debajo de mis ojos. Irritación. Esto es una encuesta y no me ha hecho una sola pregunta, concluyo. Me equivocaba. La pregunta llegaría al final en forma de cifra mensual mágica e irrisoria. Me tomo un segundo antes de responder y ver desaparecer el brillo de esperanza de sus ojos.
Tuesday, November 01, 2011
Cómo tratar “bien” a un vegetariano
*
Cuando recibimos visitas, vamos a un restaurante, conocemos a alguien o contratamos a una prostituta, nunca falta la posibilidad de que esta persona sea vegetariana, ¿Vegetariana? ¡Sí! Vegetariana, un humano que ha decidido vivir a base de pasto para no matar animales. En estos casos nunca falta la reacción de sorpresa ante tan raro espécimen, por eso, yo: Pepito, el asesino de nueces, me digno a escribir un tutorial sobre cómo dar un trato único y especial a los vegetarianos.
9. Si lo ves bajo de peso, no tiene porqué ser debido a su forma de vida, puede ser que tú estés con algo de sobrepeso (by Babo)
13. Dile eso de: no te preocupes, ya se te pasará (by Militante Lechuga)
15. Aunque el vegetariano lleve vivo años y años y años con este tipo de alimentación, no olvides afirmar la realidad absoluta y única verdad: sin carne y pescado, NO SE PUEDE VIVIR. De hecho, los vegetarianos no existen, son hologramas... (by Chikita)
23. Hazle ver sus errores: que inhumano/a es quien osa quitarle la comida a los pobres animales. ¡Él/ella también los hace sufrir! (by AngvB)
Extraído de http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?t=39132
Thursday, October 20, 2011
El curioso caso de la chica que lleva muerta 15 años
Según las predicciones de una parte considerable de mi microcosmos, yo debería haber muerto o enfermado de gravedad en algún momento durante estos últimos 15 años. Sin embargo, puedo asegurar que mi historial médico no había sido actualizado desde 1998, y que, obviamente, a menos que una especie de clon o avatar equipado con toda mi biblioteca de recuerdos escriba estas líneas en mi lugar, los Nostradamus nutricionales se equivocaron. Sigo viva… o soy una zombi inconsciente que no ha salido del armario.
* Pon un bebé en una cuna con una manzana y un conejo. Si se come al conejo y juega con la manzana, te compro un coche nuevo. Harvey Diamond.
*¿Podrías mirar a un animal a los ojos y decirle: mi apetito cuenta más que tu sufrimiento?. Moby.
* Dejé de comer carne cuando me di cuenta de que no podía querer tanto a mi gato y, al mismo tiempo, clavar cuchillo y tenedor en otro animal. Henry Spira.
Monday, October 10, 2011
El regreso de Cruella de Vil

Si Cruella levantara la cabeza y, al abrir una revista al azar, descubriera un artículo instando a sus lectoras a robar artículos de peletería del armario de sus madres (o a decidirse por la piel de conejo si el resto resultan “poco asequibles”), obviando en su discurso la palabra mágica (es decir, sintética), la seguridad de haber cumplido su misión se dibujaría en forma de sonrisa exultante en su rostro.
Seguramente pensaría que los melodramáticos intentos de los ecologistas por desterrar tan mítico y preciado material han demostrado ser un endeble castillo de naipes ante la hábil maniobra de una gurú de la moda. Si las pieles están in, 30 años de campañas y sensibilización caen instantáneamente en lo que los angloparlantes llaman “grey territory”. La gente ya ha empezado a buscar excusas para ser trendy sin sentirse culpable. Algunos optan por la segunda mano, como si los años o el uso rebajaran el atroz e injustificado crimen de llevar sobre la espalda un cementerio.
Los menos pudientes (y/o los más jóvenes), tal vez se inclinen por ese sucedáneo que llaman sintético, pero no es ese el público que interesa a Cruella. Mrs de Vil apuesta por las “it girls” (guapas, jóvenes y, sobre todo, ricas), por las famosas famosérrimas y por las mujeres de mediana-tercera edad, convencida de que, en lugar de pintura, ahora la gente les obsequiará con miradas de envidia cada vez que paseen sus costosos abrigos por la calle.
Este otoño-invierno muchos más animales serán sacrificados y se pongan como se pongan los defensores de sus derechos, llevar una prenda de piel nunca resultará a los ojos del mundo un acto similar a lucir una esvástica nazi. Matar frívolamente in the name of fashion aún no es lo suficientemente abominable.
Sí, tras unos duros 80s y 90s las pieles han vuelto con fuerza y Cruella lo sabe mejor que nadie.
Sunday, June 19, 2011
Excusas para abandonar a un/a amig@

Durante mi año largo como activista, tratando de rescatar animales abandonados o víctimas de esos campos de concentración llamados perreras, he acabado elaborando toda una antología de los horrores del abandono o, también llamada “colección de excusas para abandonar a un amigo”.
¿Están bien sentad@s en sus asientos? Con mayor o menor nivel de crueldad y originalidad, las excusas son:
- Vamos a poner tarima flotante
- Es feo
- Me he quedado en paro
- Voy a marcharme a otro país
- No es de pura raza
- Estamos en crisis
- Tiene diarrea (dicho por un ciego que abandonó a su perro lazarillo en la perrera tras 10 años, sin molestarse en averiguar que un simple medicamento lo solucionaría)
- Ya no tengo dinero para darle de comer
- No tengo suficiente espacio en el coche
- Es negro (dicho sobre un cruce de persa precioserrimo)
- Es de mi madre/padre. Ahora va a entrar en una residencia donde no le dejan tener mascotas y yo no lo quiero
- No quiero darle la pastilla todos los días
- Vamos a cambiar el suelo
- Es viejo
- Trabajo muchas horas y estoy muy cansado para pasearlo cuando llego a casa
- Es viej@ y ya no juega con los niños
- Me he mudado a un piso donde no admiten animales
- Voy a tener un hijo
- Quiero sacrificarlo porque me he separado de mi pareja y no quiero nada suyo
- Hace sus cosas fuera de la arena (una fractura lo explicaba)
- Me he ido a vivir con mi pareja y es alérgic@ a los perros/gatos
- Nos lo dejaron y no lo queríamos
- Tiene celos del bebé
- No se adapta (dicho después de uno, dos días y, a veces, incluso, horas después de su adopción)
- Mi pareja y yo nos separamos
- Su dueño era un familiar que murió y yo no lo quiero
- Suelta demasiado pelo
- No se llevaba bien con el perro en el coche (entregado a los 45 m de ser adoptado).
- No hace juego con las cortinas
- Quiero irme de vacaciones
- Vuelvo a casa de mis padres y no me dejan tener animales
- No quiero pagar su operación/tratamiento
- No se lleva bien con el gato/perro de mi hijo/pareja/padre/madre
- Se ha quedado preñada
- Ya no lo puedo atender (dicho a los 2 días de su adopción)
- Se ha hecho grande
Me encantaría asegurar que much@s de est@s abandonadores/as sin escrúpulos han pagado un precio psicológico, social o económico por tan vil y despreciable acción, pero la triste realidad es que, en la gran mayoría de las ocasiones, los integrantes que componen nuestro cáncer social, como especie, salen de rositas. Las únicas víctimas, una vez más, siguen siendo los más vulnerables.
Se acerca la estación de los horrores para todos los que amamos a los animales.
Queridos subhumanos que abandonáis a vuestr@s amig@s y l@s condenáis, en la mayor parte de las ocasiones, a la muerte,
A pesar de ser consciente de que la justicia cósmica no existe y de que no siempre se cosecha lo que se planta, os deseo lo peor que se le puede desear a un sádico maltratador: conciencia, sensibilidad, empatía, autoresponsabilidad y culpa. Que un ser querido os abandone en un futuro más o menos cercano y padezcáis enormemente por ello, no es suficiente...
Atentamente,
Alhy.
P.S. La foto ha sido tomada en Tenerife esta semana y pone los pelos de punta: 9 gatos abandonados en 5 transportines. Resulta difícil creer que esta nueva vuelta de tuerca a la crueldad haya sido obra de una sola persona. ¿Las quedadas entre abandonadores vacacionales se convertirán en tendencia?
Thursday, June 16, 2011
El experimento Somerhalder

Sabía que el chico acababa de crear una fundación pro-green y me lo planteé, casi, como un experimento “ecoleaks”: quería saber si su tono verde era autentico, puro maquillaje o un verdosillo pálido, como el apio o el puerro.
Lo primero que descubrí fue que los famosos “piopialmente inactivos”, por muy admirables que sean en el real world, internetilmente son tan aburridos como esos contactos fantasma que todos padecemos; un espécimen tan pasota y/o pudoroso, que aunque les ocurriera (o te ocurriera) la más cinematográfica de las maravillas NUNCA comentarían nada en absoluto.
No es este el caso de Ian, el chico twittea mucho y habla de casi todo: lo bonito que es el lugar en el que está, las campañas con las que se implica, lo mucho que le indigna algún caso de abuso y/o maltrato animal, los proyectos que tiene en marcha, o lo buenorra que está una famosa actriz en alguna alfombra roja.
Cuando leí que iba a pasar unos días en Barcelona, ciudad que al parecer adora, con la excusa de promover su fundación (que ya tiene bases en un buen puñado de ciudades around the globe) pensé que era mi oportunidad de llevar a cabo la última y decisiva fase del Experimento Somerhalder.
Decidí dejarle un tweet que resaltara un poco entre las decenas de “Ian, I love yous, come to my city!” (o los más inquietantes “ya podemos quedar, mi chico lo aprueba”), lo cual, admitámoslo, tampoco es excesivamente complicado. Y es que en mi inocencia, al verle compartir peticiones varias, pensé que, si los planetas se alineaban, entre ruedas de prensa, paseos turísticos y polvos con guap@s desconocid@s, tal vez, y sólo tal vez, el chico pudiera, simplemente, leer la petición para ayudar a una barcelonesa que me preocupa especialmente: la elefanta Susi.
Esta triste habitante del zoo de Barcelona, es la protagonista de una campaña internacional que intenta, contra viento y marea, liberarla de esa cárcel de hormigón que ha puesto en peligro su salud física y psicológica (es ilegal que los elefantes, animales sumamente gregarios, estén solos o acompañados por un único miembro de su especie, pero, once more, Spain is different).
Para combatir las iras internacionales, la solitaria Susi ahora tiene una compañera (tan deprimida y estresada como ella) para acompañarla en su miserable existencia, así que ya no se trata de una sino de dos Susis por liberar. Que alguien con tanto tirón como Somerhalder apoyara la campaña o, simplemente tuiteara la petición, podría suponer otro pequeño empujoncito para Susi.
Sin embargo, no se alinearon los planetas. Las horas y los días pasaron, el chico seguía deleitándose con las delicias de la Ciudad Condal, pero no hubo ni una sola mención a esa ni a ninguna otra de las eco-urgencias de la city.
Supongo que cuando eres famoso y recibes 1000 mensajes erótico-amorosos al día, llega un momento en el que, por mucho tiempo libre que tengas y muy aburrido que estés, simplemente, dejas de leer en el mensaje 99 y das por hecho que los 901 restantes tendrán el mismo contenido. O tal vez no. Puede que el chico sí lo leyera y pasara somerhilmente del asunto. Nunca lo sabré. Lo que si sé, es que un par de días después, una fan super pelota le comentó que iba a hacer una campaña masiva para que le nominaran a los emmy por su diario vampírico y eso sí que lo twitteó...
Si no eres famos@ pero quieres ayudar a Susi y a Yoyo http://www.liberaasusi.org/firma.php
Wednesday, May 11, 2011
Motivos de peso para pasar hambre

Mientras medio país está siguiendo, con una mezcla de malicia y curiosidad malsana, las privaciones gastronómicas isleñas de cierto grupo de famosos, encabezados por el inefable Paquirrín, hay personas que también pasan hambre por iniciativa propia, pero, desgraciadamente, no son tan conocidas ni cuentan con el favor del público o el interés de los medios (¿o es que lo primero va de la mano de lo segundo?).
Durante los últimos meses se han multiplicado las huelgas de hambre. Y es que todo se agrava en época de crisis: reivindicaciones laborales, políticas, judiciales... la lista es larga. Siempre me he preguntado: ¿qué puede llevar a una persona a embarcarse en una huelga de hambre? ¿a qué nivel de desesperación y también de entrega y compromiso hay que llegar para hipotecar para siempre tu salud y tu calidad de vida?.
Me considero una persona idealista y solidaria, hay muchas injusticias que me duelen e indignan sobremanera, pero, aquí y ahora, me siento incapaz de hacer un sacrificio semejante.
Beatriz Menchén sí es capaz. De hecho, lleva 14 días comprometiéndose a tal extremo, que su riñón y su hígado ya empiezan a estar afectados. ¿Sus motivos? No ha sido un despido improcedente, ni una sentencia injusta, ni nada que le afecte a ella o a sus más allegados directamente. Beatriz está poniendo en peligro su vida para intentar salvar la vida de otros. ¿Y quienes son esos otros? Pues los cientos de animales de la perrera que regentaba hasta hace un año.
Su currículum es impecable: 14 años de gestión, 3.166 adopciones y sólo un 1’39 de sacrificios por motivos estrictamente humanitarios. Junto con la asociación La Voz Animal, y en un proyecto pionero, el campo de exterminio que era la perrera de Getafe, quedó convertido en lo que deberían ser todas las perreras del mundo: centros de protección animal.
Sin embargo, hace doce meses, el ayuntamiento les arrebató la gestión de la perrera para dársela a Vetmovil, una (¿eficiente?) empresa que, en apenas 6 meses, ya ha sacrificado al 66’66% de los animales albergados, con un 30% más de presupuesto.
Lo único que pide Beatriz, y todos los que la apoyamos, es que se le devuelva el admirable proyecto de protección animal por el que tanto ha luchado y que, al mismo tiempo, el abandono y el maltrato de miles de vidas inocentes en todas las perreras de este país dejen de ser penalizados con la indiferencia y la muerte.
Si el compromiso de Menchén llegara a los titulares y su día a día se debatiera en los programas del corazón, como pasa con los supervivientes de la citada isla, se la consideraría una extremista, una ilusa, una loca. Casi nadie entendería que un ser humano llegara a tal extremo por seres que no están en su círculo de la compasión más cercano. Su lucha sería considerada quijotesca a pesar de que durante 14 años lleve demostrando que otro modelo de gestión, el de Sacrifico 0 (el único admisible en este siglo XXI), es posible.
Haciendo el esfuerzo, tan humano por otra parte, de empatizar con ella y con sus reivindicaciones, por muy incomprensibles que puedan parecer, ante tanta matanza cruel e innecesaria, ¿cómo no agotar todas las opciones cuando durante 17 años te has dedicado de lleno a combatir la muerte?
El ayuntamiento de Getafe ha demostrado ampliamente su total desprecio por los seres no humanos, pero en estas últimas dos semanas, también ha dejado clara su total desconsideración por la vida de Beatriz Menchén. ¿Acaso están dispuestos a dejarla morir? No han cedido ni un ápice en su política exterminadora a pesar de verla apagarse día a día y de las muchas protestas nacionales e internacionales que reciben a diario. Y mientras la cuenta atrás avanza y todo sigue en punto muerto, menos la vida, esta valiente y casi anónima luchadora, cada día sufre con más virulencia el peso del desprecio y la indiferencia de todos los que amamos a los animales y no apartamos la mirada ante su sufrimiento.
Ante una huelga de hambre en favor de los derechos de los animales, la primera palabra que suele acudir a la mente es “radicalismo”. Yo pienso en la palabra AMOR, así, con mayúsculas y en luces de neón. A pesar de saber que nadie (o casi nadie) llegará hasta este párrafo, de tener asumido que la batalla de Beatriz, que también es la mía, no conmoverá al 99’9 de los lectores, ni les instará a firmar una simple petición de apoyo, no puedo dejar pasar otro día sin que tod@s vosotr@s sepais que hay una mujer llamada Beatriz Menchén fuera de un plató o de una isla de famosos, con los motivos más nobles y admirables del mundo para pasar hambre.
¡Fuerza, Beatriz!
Thursday, April 21, 2011
Green Happiness

Cuando eres “eco-sensible”, además de toparte diariamente con muchas frustraciones y dolores de corazón y de cabeza, básicamente, descubres dos cosas:
- Que ser solidario equivale en muchas ocasiones a ser solitario (y otras muchas a convertirte directamente en paria).
- Que te transportan al nirvana cosas que resultan ridículas o indiferentes a la mayoría de los mortales.
Ejemplo number 1:
Un día llegué a casa dando saltos de alegría al más puro estilo Burt Lancaster en la película Trapecio. “¿A qué no sabes que he comprado?” le repetía una y otra vez a mi madre. Además de hacerme notar una regresión a la víspera de reyes de mi infancia, las primeras opciones de la buena mujer fueron “¿un libro?¿alguna película?¿ropa quizá?”. Ante semejante despiste materno, y con la intención de acortar un juego de adivinanzas que podría haber durado 15 años, contesté exultante: ¡norl! Algo mucho más especial que todo eso: ¡bolsas de basura... de plástico reciclado!.
En ocasiones, en sueños, aún veo la mandíbula desencajada de mi madre...
Ejemplo number 2:
El otoño pasado abrieron un Bio-Super en mi ciudad. Ni que decir tiene que pasear semanalmente por sus estanterías llenas de productos veggies importados, en su mayoría, de Francia y de Italia (¡estudiar idiomas finalmente ha dado sus frutos!) es lo más parecido al paraíso en la tierra para un vegano.
Hace un par de semanas, mientras llevaba unos yogures de soya con caramelo en una mano y un paquete de croissants en la otra, de repente, recreé, para bochorno de todos los que me rodeaban, “el éxtasis de Santa Teresa” en carne y hueso y sin proponérmelo. Pero como no hacerlo, si ante mi había ¡un lavavajillas líquido ecológico con botella rellenable! ¡No sólo contamina menos, sino que se reutiliza la botella en lugar de comprar una nueva y por cada nueva “recarga” te hacen un 20% de descuento! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Monday, March 21, 2011
Pan de pita con champiñones

Me acaban de echar (¿comprensiblemente?) la bronca por no celebrar en mi veggie-blog el día internacional sin carne. Aunque si bien es cierto que vivo con frustración y bastante escepticismo iniciativas de este tipo en Meatland (o estoy muy equivocada, o ningún medio informativo se ha hecho eco de la noticia), he decidido aparcar momentáneamente mi tristeza y mi asociabilidad grado 8 para colgar una de mis recetas favoritas.
Este delicioso y exótico pitas con champis o, como yo suelo llamarlo, “Bread, pita, pitaaa, breeeead” por culpa de un famoso anunció de una bebida de cola llegó a mi vía fotolog hace unos 3 años y se ha convertido en una de esas recetas que siempre me apetece degustar en los días especiales.
El relleno es muy parecido al de las empanadillas, pero esta receta es sólo orientativa. El pita bread es muy socorrido y puedes rellenarlo con lo que quieras.
Ingredientes:
· Champiñones
· Zanahoria
· Puerro
· 3 dientes de ajo
· Una cebolla
· Un cubito de caldo de verduras
· Comino
· Pan de pita
* En una sartén se sofríen primero tres dientes de ajo y una cebolla roja.
* Una vez rehogados el ajo y al cebolla, se añaden puerro y zanahoria al gusto, un cubito de verduras y, por último, los champiñones en láminas, una pizca de comino y un vaso de agua. Se deja cocer hasta que el agua se evapore.
* Las pitas se calientan en el microondas siguiendo las instrucciones del envase, y una vez listas, se rellenan con las verduritas.
Imaginaos lo rico que está este plato, que yo que soy “cebollófoba” y “ajodoba” y que siempre retiro ambos ingredientes, me lo como todito todo. ¡Ñam ñam, ñaaaaaaaaaaaam!
Nota: la receta original lleva chirivías, pero como no es una verdura demasiado accesible en mi ciudad, nunca se las he añadido. Si algún suertud@ se anima a hacer la receta incluyéndolas, feedback, please! ;)
Nota 2: el plato de la foto, obviamente, no corresponde con la receta. Me ha sido imposible encontrarla.
Sunday, March 06, 2011
La historia de las cosas
"Nuestra economía tan productiva requiere que hagamos del consumo nuestra forma de vida, que convirtamos en rituales la compra y el uso de bienes, que busquemos la satisfacción espiritual y de nuestro ego en el consumo. La medida del estatus, de la aceptación social, de prestigio, se encuentra ahora en nuestros patrones de consumo. El verdadero sentido y significado de nuestras vidas está expresado en términos consumistas.
Victor Lebow, economista (1955).
*
Sunday, February 13, 2011
Farfalle con tomates cherry a la menta

Cuando le comenté entusiasmada a un conocido que iban a abrir un restaurante vegano en mi ciudad y éste me contestó, impertérrito “¿y qué sirven?¿ensaladas?”, se me ocurrió crear una muy necesaria sección de veganitesen (o platos riquésimos) en mi blog (el motivo secreto número 2, es orientar a mis amigos veganófovos por si algún día tienen la amabilidad de invitarme a cenar).
Al descubrír esta receta en el dorso de una caja de farfalle de una conocidísima marca, me entusiasmé tanto ante el hecho insólito de que sugirieran una receta 100% vegana, que lo único que pensé fue: ¡tengo que probarla!. Y menos mal que lo hice, porque se ha convertido en una de mis preferidas. ¿Dónde habían estado los tomates cherry durante toda mi vida?
Ingredientes para 4 personas:
· 350 gr de farfalle
· 350 gr de tomates cherry
· 3 cucharadas de aceite de oliva
· Un pellizco de menta
· Sal y pimienta
· Escaldar y pelar los tomates, cortarlos en segmentos y arrancar las semillas (esto es a gusto del consumidor, yo, particularmente, no se las quito).
· Calentarlos en una sartén con una cucharada de aceite y añadir sal y pimienta.
· Poner a cocer los farfalle en abundante agua con un poco de sal.
· Añadir dos cucharadas más de aceite a la salsa y cocinar a temperatura media durante unos de 15 minutos.
· Una vez cocida la pasta, añadirle la salsa y adornarla con un pellizco de menta fresca (o seca).
· Bon appétit!
Truquillo: a menudo los tomates cherry están un pelín ácidos. Probar la salsa y rectificar con un poquito de azúcar, en caso de que sea necesario, mientras aún esté en la sartén.
P.S. Lo bueno de algunos productos, es que a veces aprendes idiomas. La receta venía en inglés y alemán, y también se incluía el título original en italiano. Pero en el idioma de Dante, como casi siempre, las cosas suenan mejor, y, sino, juzguen ustedes mism@s:
Farfalle con Pomodorini al profumo di menta. Ains…
Thursday, January 27, 2011
The Pigeon Paradox (La Paradoja Palomil)

Cuando se convive con omnívoros durante mucho tiempo y éstos no dan ni la más mínima muestra de “veganización”, un@ acaba por albergar hacia ellos cierto rencor teñido de un, a veces, mal disimulado sentimiento de culpa (especialmente si los otros forman parte de tu familia). “¿Cómo es posible que yo haya “heredado” tantos miedos, introyectos y neurosis, y a ellos no se les haya pegado nada de mi en tantos años?¿estaré haciendo algo mal?¿no decía Einstein que dar ejemplo era, no la mejor forma de influir en los demás, sino la única?".
Mi madre estaría hasta el moño azul de Marge Simpson (si lo tuviera) de mis consejos y reproches. Le insisto machaconamente para que rebaje su dosis de embutidos y pontifico sin parar sobre las mentiras y maldades de la leche, entre otras cosas. He llegado, incluso, a proponerle “el lunes sin carne” inspirada por la exitosa campaña de Sir Paul McCartney, pero, hasta la fecha, todos mis esfuerzos siguen aparcados en algún submarino amarillo, muy por debajo de la superficie.
Sin embargo, cuando el incidente gatuno navideño me instó a tirar temporalmente la toalla, reparé en una paradoja materna que me resulta, cuanto menos, curiosa.
Una amiga fue la primera en resaltar lo insólito de la situación: hey, hay una paloma comiendo en vuestra ventana. “Lo sé- contesté yo- Es Sally”.
Sally apareció un día de otoño. Mientras yo repartía migas de pan, equitativamente, entre palomas y gorriones, ella se separó de sus rivales y, con descaro y tozudez, se posó en la ventana reclamando una ración individual. Cuando mi madre la descubrió, y se miraron la una a la otra, casi pude escuchar el eco de los violines resonando desde algún punto de la casa. Desde entonces nos ha visitado diariamente y como el roce hace el cariño, en lugar del genérico-impersonal “¡eh, tú, paloma!” decidí llamarla Sally.
“¡Pobrecita, le falta un pie y en la otra pata tiene un muñón!” suele repetir mi madre. Y esa minusvalía, es la discriminación positiva que ha conseguido que Sally sea la paloma más rolliza de toda la plaza.
El animalillo nos visita varias veces al día. A veces pide comida y otras, simplemente, se echa en el alfeizar, a pesar del viento y del frío. (Y es que, aunque haya ventanas wind-proof, sabe que en la nuestra puede disfrutar de una siesta sin interrupciones). Es casi como tener un pájaro como mascota. Un pájaro libre.
Y es viendo el mimo con el que mi madre escoge los menús palomiles, cómo se esfuerza para que nadie, ni siquiera el viento, le sise a Sally ni una miga de pan (o de cous cous) o cómo (y esto es lo más extraño de todo) nunca ha expresado una queja por los asquerosos regalitos que ocasionalmente hay que retirar de la ventana, cuando me es imposible ver con precisión quién ha podido influir más en quién: si ella en mi o yo en ella.
Dudo mucho que mi madre llegue a ser veg(etari)ana o que, algún día, enarbole junto a mi la bandera de la cruzada animalista, pero aunque a veces me cueste verlo (o admitirlo), de alguna casta le tiene que venir la sensibilidad y la empatía a este galgo.
Thursday, January 06, 2011
Cuento de Navidad

Nunca dejará de fascinarme la fragilidad de los hilos que mueven los acontecimientos. Si una amiga no hubiera olvidado el móvil en un pub la tarde del 25 de diciembre, no habríamos desandado nuestros pasos. Si yo la hubiera acompañado al interior del local en lugar de esperar fuera, no habría escuchado unos gritos de auxilio. Si no hubiera buscado incansablemente al emisor de esos gritos, ahora no tendría cicatrices en la mano.
Al principio pensé, con horror, que aquel maullido lastimero que subía y bajaba de volumen e intensidad, provenía de uno de los contenedores subterráneos, pero me equivocaba. Su escondrijo eran los coches a ambos lados de la carretera, entre los que se movía con la temeridad de sus escasos dos meses de vida.
Cuando salió del pub, móvil en mano, mi amiga no necesitó preguntármelo para saberlo, le bastó leérmelo en los ojos.
El animalillo estaba asilvestrado, además de extremadamente asustado, por lo tanto, iba a resultar más que difícil cogerlo. Necesitábamos refuerzos, así que la operación rescate final incluyó a otra amiga, su paciente novio, un bol de leche, una espontánea de mediana edad que aseguraba haber rescatado a otro michin en las mismas, una niña oriental que debía estar aburrida beyond words (observar atentamente los torpes intentos de “caza gatuna” de unos desconocidos en una de las noches de navidad más frías que se recuerdan, no es, precisely, un espectáculo de masas) y algunos transeúntes-reporteros que nos iban señalando el punto exacto de la localización del felino.
Una hora (y crecientes síntomas de desensibilización en los dedos de los pies) más tarde, decidimos ir a tomar un necesario café antes de proseguir con el nada exitoso intento de rescate. El novio de una amiga y la niña oriental, sin embargo, insistieron en quedarse. Cuando mis amigas terminaban su café y a mi apenas me había dado tiempo a beber la mitad de mi té verde con menta, ambos, adulto y niña, se asomaron a ventana de la cafetería con una sonrisa en los labios y una caja de cartón: ¡lo habían cogido!
El cuento dickensiano estaba escrito. Teníamos el frío escenario navideño, las circunstancias difíciles, la acción desinteresada, el espíritu solidario, el buen samaritano (¿cómo noses conseguiría atraparlo?). ¿Qué nos faltaba? Mr Scrooge, of course. En este caso, Mrs, porque en esta ocasión fue reencarnado por mi señora madre.
Si os soy completamente sincera, no tenía muy clara mi motivación principal en aquel rescate. Para mi ayudar a un gatito de la calle no difiere demasiado de socorrer a un niño perdido. ¿Acaso llevártelo a casa y darle un par de galletas implica, necesariamente, adoptarlo?. Lo único que sabía era que no podía abandonarlo a merced del tráfico, el hambre y el frío. Pero si todo iba bien, nos enamorábamos de él y el animalillo estaba sano, tal vez...
Mi madre, sin embargo, tenía más claro que yo lo que quería y lo que no. Creo que en mi vida la he visto más inflexible, radical e histérica. No habrá más gatos at home. Ever again. Lo malo es que su actitud no varió un ápice cuando le dejé bien claro que el gatin estaría out en breve. Supongo que las dos muertes gatunas recientes que habíamos vivido decidieron por ella.
Cuando un nuevo animalin (especialmente si es callejero) llega a casa, lo ideal es reservarle una habitación para a) que se vaya acostumbrando a los habitantes, sonidos y olores, y b) proteger a los gatos caseros de posibles enfermedades, además de parásitos.
Pero a pesar de las necesarias restricciones, era mi invitado, así que me aseguré de que disfrutara del mejor bufé libre. También le hablaba y cantaba para tranquilizarlo cuando comenzaba a maullar (por algún extraño motivo, funcionaba). Phoebe, mi gata, se convirtió en la guardiana de su puerta, pero nunca llegó a verlo. No me imagino nada más frustrante para un gato que la curiosity insatisfecha.
Tras un día y medio encerrado en el cuarto de baño pequeño, cuando el pobre comenzaba, poco a poco, a “desdesconfiar” de mi, llegó el momento de entregarlo a la protectora. En aquel segundo intento de caza, las dos recibimos heridas de guerra, pero mi madre se llevó la peor parte.
Pensé que sentiría cierto alivio en el momento del adiós (la situación at home era insostenible), pero más bien fue todo lo contrario. Confieso que mi yo científico también se sintió frustrado. Convertir a una desconfiada panterita en un ronronator peluchón (or something in between) era un desafío que me apetecía mucho. El pobre apuntaba maneras. Aprendió a usar el arenero desde el día uno. Es curiosa (y admirable) la pulcritud innata de los gatos...
Carta a los Reyes Magos

Este 2011, como animalista, os pido:
- Determinación para no rendirme ante ninguna batalla.
- Coraje para gritar cuando ninguno (o pocos) estén dispuestos a escucharme.
- Fuerza para seguir nadando a contracorriente en esta marea especista.
- Paciencia para comprender que este loco mundo se mueve demasiado despacio.
- Resignación para asumir que es imposible ganar en todos los frentes.
- Autoresponsabilidad para no olvidar que formo parte de un gran engranaje y que mi voz cuenta.
- Comprensión para no odiar a todos los insensibles y, aún peor, indiferentes ante el dolor y el sufrimiento animal. Su ignorancia, crueldad y prejuicios son el resultado de lo que les ha tocado vivir. No quieren/no saben ver, pero no son mis enemigos.
- Astucia y sutileza para transmitir lo que sé y hacerlo siempre desde el amor, nunca desde el reproche. "Dar ejemplo no es sólo la mejor manera de influir en los demás, es la única".
- Amor o autoestima para fortalecerme y valorarme. Cuanto más me quiera, más seré capaz de amar a otros.
- Alegría y optimismo para soportar todos los sinsabores.
Muchas gracias,
Alhy.