Wednesday, February 24, 2010

Yo iba para simio pero me quedé en homo sapiens



Hay un anuncio de una conocida empresa de telecomunicaciones que está arrasando en España. En el aparece un simio (cuya raza exacta mis escasos conocimientos sobre primatología can't identify), alegando con voz, entre pija y lastimosa “yo iba para hombre pero me quedé en mono... soy un mono bonito... pero soy un mono… me podría haber llamao Luís, pero me llaman mono… “.

Al descubrir el spot por vez primera, puede resulta gracioso, especialmente por el particular tono de voz que utiliza el doblador. Pero si nos alejamos del juego de pirotecnia verbal y analizamos sus materiales y colores, descubrimos que no es más que otro vergonzoso caso de especismo.

Obviamente, el mensaje es “para no quedarte atrás y aspirar a lo máximo a lo que puedes llegar, contrátanos”. Y la herramienta es la estúpida (y trilladísima) comparación entre el homo sapiens, supuestamente el cenit de las especies evolutivamente hablando y un primate aparentemente frustrado por su condición inferior. Pero lo que yo planteo es, ¿dónde quedan las enseñanzas de Darwin? ¿quién dice que el homo sapiens es lo máximo a lo que se puede aspirar? y ¿dónde está escrito que por haber tomado un supuesto atajo evolutivo seamos superiores al resto de las especies?.

Los bonobos y chimpancés, por ejemplo, son capaces de usar herramientas y de transmitir sus conocimientos a su descendencia. ¿Quién nos asegura que dentro de 2 millones de años, nuestra especie no habrá desaparecido víctima de los dos millones de excesos inherentes a nuestra idolatrada raza, y que ellos habrán evolucionado de otras formas?. El primer error, el gran error, es considerar que nosotros somos el sumun de la evolución. Por que, señores y señoras, aunque nuestro orgullo antropocéntrico nos suma en una especie de inopia autoinducida, sólo somos animales.

Que triste es que nos haya costado tanto desembarazarnos del teocentrismo y su “Dios es la medida de todas las cosas” para comprobar que seguimos anclados en un antropocentrismo tan cateto y bochornoso que llamarse Luis y contratar una buena tarifa internetil, por ejemplo, sea "lo más de lo más".
No hace falta decir que este tronchante y brillante anuncio no se habría emitido en muchos otros países, pero, once more, esto es Spain, ladies and gentlemen, y en todo lo referente al tema animal, como dice Rosa Montero, “sigue siendo un país de opereta que se mueve entre lo grotesco y lo violento”.


Related Posts with Thumbnails