Tuesday, July 14, 2009

¿y entonces... qué comes?



Me divierte la concepción de vegetarian@ que tiene la mayoría de la gente en Meatland. O bien es un tipo místico y hippilondio, una persona “rarita” con mínimo sentido de la realidad, que vive en un mundo propio (una Phoebe Buffay pasada de revoluciones) o se trata de un ser hipocondríaco, ultrarígido y meticuloso que cuida milimétricamente su alimentación (un macrobiótico eterno) por miedo a engordar algún gramo extra o contagiarse con alguna enfermedad.
La mayoría se desilusionan al comprobar que personas aparentemente "normales" (si es que la normalidad existe) han adoptado esta forma de alimentación alternativa (especialmente si el/la veggie de turno es alguien que aprecian/admiran de alguna manera). Inconscientemente, se les enciende una lucecita incomoda que les advierte “¿y si no es tan descabellado?”.

Al contrario de lo que much@s piensan (y del tono quasimelodramático de mi actualización anterior), ser vegetarian@ no es un sacrificio. Admitámoslo: las vocaciones de mártir son raras y escasas. Nadie se adhiere a una nueva filosofía de vida o comportamiento si no le compensa, si no le aporta mas ventajas que inconvenientes. Si todo es renuncia, tarde o temprano, el cerebro acaba creando resistencias y autosaboteos varios para “volver al redil”.

Que no, que no comemos acelgas o espinacas cocidas, que no nos alimentamos a base de alimentos rarosos cuyo nombre no podrían pronunciar ni en mil años nuestros abuelos, que no pasamos hambre ni miramos con nostalgia o envidia los festines cárnicos del resto de los comensales. Omnívoros del mundo, ¡los vegetarianos no hemos renunciado al sabor!.

De hecho, mi menú se ha ampliado considerablemente desde que sigo esta dieta. Antes me alimentaba, básicamente, de: pasta, patatas fritas, chocolate, bollería, jamón york, champiñones, lentejas, pollo, arroces y chatka. La green revolution ha ampliado mi carta en lugar de reducirla, me ha hecho comer mejor y más sano, descubrir nuevos sabores, despertar la creatividad del paladar, como yo lo llamo y, sobre todo, apreciar el acto de comer a otros niveles. Me estoy refiriendo a esa frase tan cursi que asegura que La comida nutre el cuerpo, la mente y el espíritu. Al hacerme veggie comprendí que comer no consiste únicamente en quitarse el hambre con algo que sabe bueno, sino en nutrirse con un alimento que, además de sabroso, es sano y libre de crueldad, y que, sobre todo, te hace sentir feliz, satisfecho, en paz.

Todo veggie tiene anécdotas restaurantiles surrealistas. La frase “Soy vegetarian@, no como animales” da pie a un sin fin de situaciones que ni los guiones de los Marx Brothers. Están los camareros que te ofrecen pescado o marisco sin pestañear; los sandwiches vegetales con atún brillando orgullosamente en la carta; los Rincones vegetarianos que incluyen paté, chatka o atún (again); o, mi favorito, la contestación standard de los restaurants con poco recurso vegetal: “ah, ¿que no comes carne? Pues ya te traemos una ensalada de lechuga”. A lo que te dan ganas de responder: ¿una lechuga como único plato? ¿Pero me habéis visto con cara de rumiante, tal vez? ¿soy una vaca y no me he dado cuenta? :S

Santa patientia...

8 comments:

  1. Tengo amigas vegetarianas y la verdad es que no pasan pizca de hambre xD
    Además de ser personas como qualquier otra (obvio) :)

    Un beso :*

    ReplyDelete
  2. Bueno, tengo una anécdota horrenda de hace pocos días antes de irme a Lisboa. En una comida familiar de estas con los tíos, los primos, los sobrinos etc., dije que yo no quería comer filete y que picaría de la ensalada y cositas como patatas fritas y queso y pan... Y... ¿Adivinas? Todo el mundo menos mis padres (que ya lo saben, aunque no lo aprueban o no terminan de aprobarlo) se rayó la ostia y empezaron a decirme lo de siempre: "tú te lo pierdes", "no sabes lo que te pierdes" etc. y, además, que "cómo era posible que yo, que estoy gordo, me esté haciendo vegetariano". Te cagas... XD

    Lo de siempre, vaya. Tú lo sabes perfectamente.

    Mi dieta ha variado muchísimo en estos tiempos: además de seitán, tempeh y productos variados de soja, ya le he metido patés vegetales y purés setiles. Y va a más :D

    En fin, la gente está enfermita.

    Kissesssss veganos.

    ReplyDelete
  3. esta fotografa vegetariana ha llegado para quedarse, pues te sigo.
    Este post, te juro, siento que lo he escrito yo.
    (me robaste las palabras mientras dormia?)
    un beso grande :)

    ReplyDelete
  4. La verdad es que no conozco a ningún vegetaloso (así los llamo yo, cariñosamente) personalmente, si a un par de contactor por la web.

    Siempre que leo algo de comida, me da hambre. Y me dan ganas de comer, sobre todo, lo que estoy leyendo.

    Asi que voy a abrir la heladera.

    ReplyDelete
  5. Querida Alhy, estoy a unos pasos del vegetarianismo. Y me gustaría darlos. Es uno de mis temas pendientes. A ver si me animo, sí. De momento, me autosaboteo...

    ReplyDelete
  6. Es increible como bien dices al final del texto la paciencia que teneis que tener..te juro que si me pasara a mi seguramente ya habria mandado a mas de uno a, mejor no digo palabrotas que soy una señoritaa!!!

    Besoss

    ReplyDelete
  7. Me encanta este blog...tu texto me ayuda a no perder la esperanza, a creer en mi condición y a intentar ganar la batalla contra mis padres,que no entienden lo de querer ser vegetariana ;P

    ReplyDelete

Related Posts with Thumbnails