Sunday, December 15, 2013

"Moonrivering" Holly Golightly




Hace algo más de cuatro años monté un evento en Facebook para rescatar 20 gatos del corredor de la muerte de una de las peores perreras del país. Acababa de iniciarme en el mundo animalista-activista, tenía la ilusión (y un toque de megalomanía en plan, "yes, I can!") del principiante y no hacía demasiado que mi gato y amor de mi vida, Andy, había fallecido; por lo tanto, la idea de todos aquellos pobres felinos condenados irremediablemente a una muerte horrenda, simplemente, me resultaba insoportable (luego llegarían otros eventos y muchas sueltas de toalla para volverlas a coger).
 
 
La buena noticia es que salieron todos. La mala, que murieron todos. Peritonitis infecciosa felina(PIF) es una enfermedad que solo el Alzheimer o una secta altamente diestra en PNL podrían borrar de mi memoria. Es altamente infecciosa y resulta incurable y fatal. Esta enfermedad es muy rara en gatos sanos. Normalmente, se transmite a través de heces infectadas o de superficies con un nivel higiénico-sanitario muy deficiente y en las que grandes grupos de animales son hacinados juntos (oséase, la gran mayoría de las perreras del país).
 
 
 
 
Mi idea era adoptar a uno de esos 20 gatos y escogí a  Holly Golightly. No sabía que se llamaba así hasta que llegó, exhausta pero receptiva, de su largo viaje desde el sur del sur del país y su cuerpo esbelto, elegante y excesivamente delgado la delataron. Holly era el ser más agradecido y respetuoso que he conocido en mi vida. Era consciente de que la vida le había dado una nueva oportunidad y se afanaba en demostrar su agradecimiento todos los días. Siempre le cedía el turno para comer a Phoebe y la imitaba en todo, desde los juegos a los rincones escogidos para sus siestas, casi como si creyera que tenía que ganarse su “privilegiada” condición de huésped (¿se daría cuenta en alguna ocasión de que no era una invitada?). Además, siempre, SIEMPRE que alguien llegaba a casa, fuese quien fuese, ella acudía corriendo a saludar al recién llegado, incluso si estaba profundamente dormida. Holly era amor.
 
 
 
Su recién descubierta vida hogareña, desgraciadamente, duró muy poco. Al mes y medio le diagnosticaron PIF y moriría pocas semanas más tarde. Ni siquiera tuvo tiempo de asimilar el concepto “nido calentito”. Fue dolorosísimo, pero no me arrepiento en absoluto. Murió en un hogar rodeada de gente,  no invisible, sufriendo y olvidada en una perrera mugrienta.
 
Hoy hace, exactamente, 4 años que nos dejó. Como no podía ser de otra manera, cada 15 de diciembre se enciende una vela en mi casa.
Moon River siempre va por ti, my Huckleberry friend…
 



*
 
Related Posts with Thumbnails