Thursday, October 20, 2011

El curioso caso de la chica que lleva muerta 15 años




Según las predicciones de una parte considerable de mi microcosmos, yo debería haber muerto o enfermado de gravedad en algún momento durante estos últimos 15 años. Sin embargo, puedo asegurar que mi historial médico no había sido actualizado desde 1998, y que, obviamente, a menos que una especie de clon o avatar equipado con toda mi biblioteca de recuerdos escriba estas líneas en mi lugar, los Nostradamus nutricionales se equivocaron. Sigo viva… o soy una zombi inconsciente que no ha salido del armario.
Supongo que mi no muerte ha debido suponer toda una sorpresa, una rara excepción que confirma un rancio (y nunca admitido) onceavo mandamiento: no te adherirás a opciones culinarias hippilondias en vano, a menos que quieras ser desterrado del reino de McDonalds.
Creo que, en el fondo, aunque algunos finjan simpatía o, incluso, aprecio hacia mí, les he decepcionado. ¿Y si resulta que, además de sobrevivir, los vegetarianos y veganos vivimos de forma satisfactoria? ¿y si no echamos nada en falta y nuestros platos contienen cosas ricas, ricas, ricas y con fundamento?. (Supongo que todo esto aún debe sonar a material de ciencia ficción para muchas de esas personas).
Hace muy poco se ha cumplido mi segundo aniversario como vegana tras 13 años de vegetarianismo, pero aún no lo he celebrado oficialmente, así que, con vuestra venía, esta actualización es una celebration y un metafórico zas en toda la boca para aquellos que pensaban que no alcanzaría la meta en este campeonato de natación a contracorriente que es ser vegano o vegetariano en España.

Alhy 1- Ronald McDonald 0.


Marchando una de citas conmemorativas:

* Pon un bebé en una cuna con una manzana y un conejo. Si se come al conejo y juega con la manzana, te compro un coche nuevo. Harvey Diamond.

*¿Podrías mirar a un animal a los ojos y decirle: mi apetito cuenta más que tu sufrimiento?. Moby.

* Dejé de comer carne cuando me di cuenta de que no podía querer tanto a mi gato y, al mismo tiempo, clavar cuchillo y tenedor en otro animal. Henry Spira.

Monday, October 10, 2011

El regreso de Cruella de Vil




Si Cruella levantara la cabeza y, al abrir una revista al azar, descubriera un artículo instando a sus lectoras a robar artículos de peletería del armario de sus madres (o a decidirse por la piel de conejo si el resto resultan “poco asequibles”), obviando en su discurso la palabra mágica (es decir, sintética), la seguridad de haber cumplido su misión se dibujaría en forma de sonrisa exultante en su rostro.

Seguramente pensaría que los melodramáticos intentos de los ecologistas por desterrar tan mítico y preciado material han demostrado ser un endeble castillo de naipes ante la hábil maniobra de una gurú de la moda. Si las pieles están in, 30 años de campañas y sensibilización caen instantáneamente en lo que los angloparlantes llaman “grey territory”. La gente ya ha empezado a buscar excusas para ser trendy sin sentirse culpable. Algunos optan por la segunda mano, como si los años o el uso rebajaran el atroz e injustificado crimen de llevar sobre la espalda un cementerio.

Los menos pudientes (y/o los más jóvenes), tal vez se inclinen por ese sucedáneo que llaman sintético, pero no es ese el público que interesa a Cruella. Mrs de Vil apuesta por las “it girls” (guapas, jóvenes y, sobre todo, ricas), por las famosas famosérrimas y por las mujeres de mediana-tercera edad, convencida de que, en lugar de pintura, ahora la gente les obsequiará con miradas de envidia cada vez que paseen sus costosos abrigos por la calle.
Y es que las tendencias no tienen memoria y los movimientos que traza la humanidad nunca son una línea recta. ¿Por qué no aprovecharse de sus curvas y regresiones? ¿cómo no apuntarse al carro de la demanda masiva que ya iniciaron en los dosmiles China y Rusia?

Este otoño-invierno muchos más animales serán sacrificados y se pongan como se pongan los defensores de sus derechos, llevar una prenda de piel nunca resultará a los ojos del mundo un acto similar a lucir una esvástica nazi. Matar frívolamente in the name of fashion aún no es lo suficientemente abominable.
Visón, zorro, chinchilla, conejo o perros y gatos salvajes. ¡Hay tantas posibilidades!

Sí, tras unos duros 80s y 90s las pieles han vuelto con fuerza y Cruella lo sabe mejor que nadie.
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